Aquel mundo fantástico

Estos objetos realizados en arcilla fueron surgiendo a partir de la decisión de aprender cerámica. A fines de 2013 conocí el taller de Mariella Fierro en Lomas de Solymar (Ciudad de la Costa, Canelones, Uruguay) donde comencé a participar.

A la vez, en mi pequeño galpón de Neptunia, del otro lado del arroyo Pando, bajo los pitangueros, fui haciendo lugar desplazando herramientas y cosas de otros oficios, para este nuevo material que se fue adueñando del espacio.

La forma escultórica fue el objetivo natural en mi caso. Ya los primeros objetos comenzaron por evocar los ricos recuerdos de la infancia. Y justamente el barro era el protagonista principal de los juegos en los días de lluvia, en los primeros años de los sesenta: las canaletas de nuestra calle se transformaban -en nuestros ojos de niños- en arroyos caudalosos donde hacíamos represas con la greda roja de los costados de la calle de tierra; unas pequeñas perforaciones dejaban salir potentes chorros hasta la siguiente presa construida.

El agua iba a desembocar una cuadra y media más abajo, en la cañada Juan Pablo, a la altura de la carretera a Centurión desviándose luego hacia los campos de Martínez con sus olerías y potreros, lugares con pocas casas y algunas Cina-cinas.

Estoy situando ese mundo al norte de la calle Ejido, en el entorno del campito de la capilla, donde se juntan los barrios Castagnet y Arpí, en la ciudad de Melo, Cerro Largo.

Toda esta parte es una mirada a aquel universo fantástico de nuestros primeros años. Un viaje hacia atrás donde uno tiende a limar los bordes duros que lastiman; una infancia feliz donde la vida era más sencilla y las cosas necesarias eran menos. Mucho campito, muchas aventuras, mucho juego al aire libre. Mi madre hablaba de gurises  “arteros”(*). Algunos años después los personajes de este mundo lleno de juegos y travesuras se escondían en los dibujos de postales y objetos que decoraban madera, cuero, hueso. Y, con un poco de suerte, se escapaban de oscuros lugares maragatos.

(*Artero. “Que faz arte”. Que hace travesuras)

 

Fredy Cabrera.