30 x 17 de altura.
Ya venía clareando el día cuando se sintió que metió primera y subió nuestro repecho, con el motor tosiendo.
Era una cosa extraña esa conducción, pero se ve que respondió, porque tres jornadas después pasaron de vuelta de tardecita, cansados y todos sucios pero locos de contentos. Pescado, eso sí, no se si traían.
Al grito de la perrada hasta doña Marica salió a mirar, secándose las manos en el delantal: – ¿O qué é iso?, ¡Meu Deus!
Se sabe que es un departamento ganadero pero la pesquería viene ganando espacio desde hace tiempo.
-De lo que no tengo explicación es lo del flaco de atrás. O está haciendo el saludo al sol o estudia pa Jesucristo.