Siete y poco de la mañana. Estábamos esperando el Expreso Minuano en la parada del Peaje del Arroyo Pando, en la Interbalnearia. El tipo venía pedaleando muy tranquilo del lado de Las Cumbres, de la 34. Y tomando mate. A mi me pareció asombroso, por más que el Cacalo, rascándose la barriga, cuando se lo comenté, le restó importancia diciendo que él lo había hecho siempre.